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Producido por Ford Performance.
Además de estas mejoras intrínsecas de la séptima generación, el Fiesta ST 200 cuenta con bastantes nuevos detalles mecánicos de su motor 1.5 de 3 cilindros turbo con colector de escape integrado, algo que le hace ser más compacto y con tiempo de calentamiento más corto.
Cuenta con un nuevo turbocompresor, con menos inercia y más presión de soplado, ello le lleva a disponer de mejor respuesta a bajo régimen, logrando 290 Nm a tan sólo 1600 rpm. Los 200 cv llegan a 6.000 revoluciones.
Otra de las novedades es el sistema de desactivación de cilindros, si ya tenemos pocos, ahora se desconectan 20 veces más rápido que un parpadeo, y cuenta también con una válvula de escape activa que amplifica el sonido para adornar sonoramente al motor.
Quizá lo más interesante sea el selector de perfiles, con 3 botones para una conducción tranquila y económica, otra normal en la personalidad deportiva del coche y otra más radical, donde ya se desconectan los controles de estabilidad. Estos perfiles afectan a la respuesta del acelerador, la asistencia a la dirección y la dureza de la suspensión, lo que nos permite un mejor confort para diario, pero también el poder adentrarnos en una pista de carreras con garantías.
Pide curvas.
La verdadera esencia del Fiesta ST la encontramos en las curvas, donde se muestra ágil como pocos, y donde más notamos su diferencial electrónico que te ciñe en cada acelerón a las curvas, casi igual que un diferencial mecánico, que también se dispone de forma opcional.
Con unos frenos a altísimo nivel, también ayudados por un coche ligero, y un sistema de ABS que nunca molesta, con el nuevo Fiesta ST200 podemos llevar altísimos ritmos con gran seguridad, incluso con toda la electrónica de ayudas quitada – «perfil Pista» – o voluntariamente anulado.
La dirección es más rápida respecto a la generación anterior, y el tacto en general del coche también se nota más adaptado a pedirle más.
Más equipado y con opciones interesantes.
No solo se destaca el Fiesta ST200 por su concepción deportiva, sino que a nivel equipamiento está a la altura del acabado más alto y comprometido que es el «Vignale», con un programa de opciones también más extenso que el resto en el que destacan elementos de talante deportivo.
Encontramos de serie: sistema de navegación, climatizador automático, un equipo de sonido de más calidad, apertura y arranque sin llaves, asistentes de conducción de mantenimiento y ayuda cambio de carril, control automático de luces de carretera, órdenes vocales o automatismos de encendido de luces y limpia-parbrisas.
También admite maletas.
Con la carrocería algo más generosa del nuevo Fiesta tenemos un maletero de 311 litros ampliable con los abatimientos. Está bien de detalles y es bastante regular. Sólo se abaten los respaldos, si bien quedan algo verticales en principio sin peso encima y con el suelo escalonado. Tiene un subsuelo en el que encontramos en el hueco de la rueda de repuesto el amplificador y subwofer del equipo de sonido, con algún compartimento más con el equipo de reparación de neumáticos e improvisadamente los triángulos de emergencia. Habrá un día en el que todas las marcas de coches diseñen maleteros y triángulos compatibles para que puedan guardarse correctamente.