
Todo a mano.
La comodidad reina en el interior del Micra gracias a sus asientos y a la disposición de los mandos, todos muy a mano. El cuadro de instrumentos cuenta las esferas de velocímetro y cuentarrevoluciones de un tamaño bastante generoso, lo que hace que se lean muy bien. Entre medias de ambas esferas contamos con una pequeña pantalla TFT que nos ofrece la información relativa al ordenador de abordo.
El volante cuenta con una multitud de botones que hace que la inmensa mayoría de las acciones que necesitemos durante la conducción no requieran soltar las manos del volante. Lo que no nos gusta es que esté achatado en su parte inferior. En los coches de competición en circuitos tiene sentido, pero en un coche de calle en el que tienes que «manosearlo» bastante se llega a hacer incómodo.
La pantalla central del salpicadero se hace un poco pequeña de tamaño y a veces tarda en reaccionar a nuestras pulsaciones con los dedos, con lo cual es un elemento que debería ser revisado por lo incómodo que resulta.
A medio camino.
El Micra equipa unos amortiguadores duros que deberían hacer presagiar un comportamiento ágil y deportivo, pero la realidad es que cuando atacas fuertemente una curva el coche se inclina y «morrea» algo más de lo deseado. Quizá una revisión de la dureza de los muelles podría solventar esto.
El truco está en ir un punto por debajo del ritmo que te mandan a priori los amortiguadores y entonces la efectividad gana muchos enteros y aparece la diversión al volante. En cuanto aparecen baches o el asfalto está deteriorado hay que estar un poco más pendiente del volante, puesto que se transmiten a él.
Prestaciones y consumos correctos.
Con 90 CV las prestaciones que se obtienen son las que se esperan de su mecánica. Alcanza 175 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 12,1 segundos. Su talón de Aquiles son las recuperaciones, en las que el retraso de entrada en acción del turbo las lastra significativamente.
El consumo medio obtenido en nuestra prueba ha sido de 5,8 l/100 km en conducción normal, una cifra bastante correcta y que no hace demasiado era algo sólo propio de los utilitarios con motor diesel.
Entre dos aguas.
Los rivales contra los que se enfrenta el Nissan Micra son numerosísimos. Por su apariencia exterior deportiva se debería encuadrar entre los Polo, Fiesta, Ibiza y Mazda2, pero como esto no es así se bate por otro lado con los Citroen C3, Hyundai i20, Kia Rio, etc.
En equipamiento de serie los bate a prácticamente todos (por no decir a todos) pero flojea en cuanto a la oferta mecánica, un dato muy importante por cuanto puede afectar a las ventas, pues habrá quien busque mecánicas diésel más y menos potentes que el actual 1.5 dCi 90 o un modelo más prestacional tipo Nismo o RS.