
Un puesto confortable
Para el que se ponga al volante, en un coche de su potencia, será muy exigente con el puesto de conducción, y en este Xceed automático se ha logrado uno muy correcto, con levas en el volante, y una palanca tipo «Tiptronic» en la que tenemos la guía automática habitual, con su parte secuencial (hacia adelante se sube de marcha) y un volante de agradable tacto, con muchos botoncitos a la altura de los pulgares, botoncitos y «sliders», para una regulación más cómoda y eficaz de algunas cosas como el volumen del equipo de audio.
El freno de mano de nuestra unidad es de botón (eléctrico), con sistema automático de funcionamiento, pero tranquilos que es una opción voluntaria. El asiento tiene regulación de altura y el respaldo de rosca, siempre más incómodo aunque llega a ser más preciso y en opción podemos sofisticar los asientos con hasta ventilación.
La instrumentación de serie se basa en dos relojes tradicionales con pantallita en medio con menúes de configuración e informativos, y en opción se puede elegir uno configurable más digital.
Ojo con el pié derecho, pérdidas de tracción.
Este Xceed no es tan «pata negra» como el Ceed GT, a pesar de compartir mecánica, su filosofía de SUV queda impregnada solamente ya con el centro de gravedad más alto. Bueno para salir al campo, malo para una negociación de curvas con más de 200 cv.
Tenemos todos los condicionantes en un coche para que las ruedas puedan girar libremente si somos «intensos» con el acelerador. Pero tranquilos que tenemos sistemas electrónicos que nos impedirá las pérdidas de tracción que tenemos frecuentemente en una conducción deportiva en curvas.
Tracción delantera, chasis alto y mucha potencia nos obliga a ser más delicados con el acelerador. Con el control de tracción puesto, veremos de reojo como la lucecita naranja del cuadro se enciende continuamente al buscar ya la salida de cada curva con la mayor aceleración, eso se traduce en que nos «corta el rollo», pero nos asegura que no tendremos subviraje y que iremos por donde marca el volante.
Si quitamos el control de tracción tendremos pérdidas, pero que podremos dosificar mejor. Resumiendo, más tranquilidad con el sistema conectado, mas efectividad con el sistema quitado.
El control de estabilidad se puede desconectar del todo, si somos de los de sentir que la trasera se nos mueve.
No tenemos selector de perfiles de conducción, sólo un botón de modo deportivo, que actúa sobre la respuesta del acelerador y con cambio automático en el nivel de régimen de cambio. Un cambio que está bien con sus 7 relaciones, pero que no es de doble embrague y es algo lento cuando vamos bajo de vueltas. Es un variador continuo con relaciones pre-programadas electrónicamente.