
Excelente biplaza de tracción trasera, con un precio contenido ofrece unas sensaciones al volante de primera, con una relación peso/potencia tan estupenda como sus consumos
Aunque renuncias a muchas cosas con un coche así, el Mazda MX5 con su techo de lona y manual, mantiene todos los encantos del afamado roadster, pero aún más divertido, bien acabado y con un comportamiento intachable. Todo ello además aderezado con unos consumos estupendos, corras o no, y una tracción trasera en un coche ligero que es llevable por todos.
El Mazda MX5, es un puro roadster – dos plazas descapotable – que en su última edición ha modernizado sus líneas y mejorado su acabado, sin tener un precio desconsiderado para los que no quieren invertir todo su dinero en un coche. En nuestras manos hemos tenido el motor alto, un dos litros de 160 cv, en la Serie Especial Red Heritage.
Con esta potencia y su peso de tan sólo 1.055 kg le hace ser un coche muy ágil y divertido, pegado al suelo, con una penetración aerodinámica muy eficiente y con el resultado de notables prestaciones y consumos excelentes.
Se renuncia a muchas cosas.
En un roadster se renuncia a otras muchas cosas de las que los coches suelen tener, pero eso, el que lo va a comprar lo sabe. Es un coche de dos plazas, con un maletero justo de 127 litros y un espacio interior igualmente angosto, en el que se recurre soluciones diferentes para huecos y la colocación de los elementos teniendo que priorizar cosas.
Las cotas de habitabilidad sin embargo no son malas para conducir, si bien las tallas más grandes, tendrán ya algún problema de ubicación, pero no mucho más que en coches compactos o medianos. Aquí también se renuncia a un respaldo muy inclinado, inútil para conducir, pero en el que no podrás «echarte a siesta».
Línea actualizada y atractiva.
Si ya era un coche bastante atractivo, las nuevas formas que el modelo obtuvo en su actualización de 2015, lo ha puesto en vanguardia de este tipo de coches. Tiene una longitud de 392 cm, más corto que un Mazda2, y levanta sólo 124 cm del suelo. Su capota es de lona, muy ligera y con accionamiento manual, relativamente cómoda de poner y quitar incluso estando dentro del coche sentado. Tiene su espacio para recogerse reservado tras los asientos y no se come nada del espacio del maletero.
Tras los asientos hay sendos arcos de seguridad que se difuminan entre las formas de los reposacabezas, con una pequeña rejilla entre ambos a modo de cortavientos, bastante efectivo pues evita casi todo el flujo que se produce hacia dentro del habitáculo en los coches descapotables. Con el techo puesto el MX5 tampoco desmerece, aunque estés deseando descapotarlo siempre. En esta edición especial este techo de lona es de color rojo oscuro específico de la Edición Especial.
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Una gama con dos motores
La oferta del Mazda MX5 está compuesta con dos motores, el pequeño es un 1.5 de 131 cv y después ya tenemos el nuestro, de 160 cv el cual puede disfrutarse ahora ya solo con cambio manual, caso también de la Serie Especial de nuestro trabajo. Con éste nos tenemos que ir a los acabados más altos, de los tres disponibles para este motor.
Hay un acabado básico denominado «Origin» destinado sólo al motor bajo y en lo alto el «Zenith Sport» exclusivo del motor alto. Esta Serie Especial Red Heritage se basa en el acabado medio Evolution con sus detalles específicos ya glo más de equipamiento como luego veremos.
Todo muy cerquita.
Como no tenemos gran espacio en el que perdernos dentro del habitáculo, todo está bastante cerca, y como hemos dicho con elementos diseñados específicamente para este tipo de coches. Los asientos son de un diseño escueto, no son grandes butacones pero cumplen su función de aguantar largos viajes y sujetarte en las curvas. Los huecos y detalles de confort están contados, no puedes pedirle exquisitos juegos de luces, ni grandes huecos. No hay guantera al uso, por ejemplo, pero sí tenemos un profundo hueco entre los asientos, con llave, en el que puedes custodiar cosas de mediano tamaño.
El acabado es más que correcto, sobre todo en esta versión, con tapicería en piel extendida a puertas y salpicadero en nuestra unidad que le dan un mayor empaque a este pequeño roadster.
Un puesto «pata negra».
Todos los condicionantes hasta ahora hablados del Mazda MX5, vienen a redondear su puesto de conducción. Un puesto de conducción deportivo desde su instrumentación, mandos, reglajes y asientos. Pocas concesiones al confort, con un volante que no tiene regulación en distancia.
Los asientos tampoco tienen regulación de altura, aunque si balance de la horizontalidad de la banqueta, la cota para piernas en buena siempre que no seamos un gigantón que nos acerquemos a los dos metros.
La instrumentación del MX5 la preside el gran cuenta-vueltas, dejando un cuartito de reloj para un display en el que tendremos la marcha y la velocidad digital. Quizá falte una instrumentación más específica del aceite con temperatura y presión, pero tampoco hay mucho sitio donde colocarlo.
El punto quizá más negativo es que los pedales de aluminio son opcionales.
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