
El compacto de Ford con 200 cv y su radicalidad es un deportivo pata negra de no gran coste y grandes sensaciones
Si ya nos gustó el Ford Fiesta ST con 180 cv, el nuevo con 200 nos ha cautivado por su radicalidad. Con un peso de 1.163 kg su relación peso/potencia es de 5.8 kg/cv, lo que implica una agilidad impresionante, tanto en aceleraciones como en recuperación de su motor de 1.6 litros turbo.
Es un coche que con el Anexo «J» del anuario de la Federación – el de las medidas de seguridad – sería suficiente para quedar bien en cualquier rallye. Su suspensión es durísima, hay coches de tierra con suspensiones más blandas. La potencia se pone perfectamente en el suelo sin pérdidas gracias a los controles electrónicos, en las curvas el autoblocante funciona muy bien, sin ser demasiado «fuerte» que te implique agarrar el volante como si de uno mecánico se tratase. Quizá no es tan rápido, pero para un coche de serie es perfecto.
Su conducción te transforma, el instinto te hace quitar la radio y centrarte en su sonido deportivo proveniente de sus escapes traseros, insertados en un difusor que lo distingue de los Fiestas «del montón».
Entre el ST180 y el ST200 hay más de 3.000 Euros de diferencia, aunque sólo 20 cv más y sólo se dispone en carrocería de 3 puertas, pero el ST200 cuenta con algunos detalles más para justificar tal diferencia de precio.
De esta forma se ha retocando chasis, suspensión, cambio, frenos y dirección para hacerlo algo más radical, un coche que no vale para cualquiera en el día a día, y que en carretera rectilínea puede también llegar a aburrirte. Está pensado para las curvas, e incluso para la pista.
Puesto no tan radical
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A los mandos del nuevo Fiesta ST de 200 cv echamos en falta algo más de exclusividad en la instrumentación. Contamos con unos excelentes asientos para viajar sin las incomodidades de un baquet, pero con una gran sujeción dorsal y unos pedales acabados en aluminio pero similares a los del resto de la gama. Con un buen apoyo del pié izquierdo y nuevamente un «pero» y es que es sobre la moqueta.
Tanto los defectos como las virtudes de Fiesta en cuanto a su espacio y detalles interiores están latentes en el ST200. Como es un display central pequeño y unas formas curvas del salpicadero que no es lo más práctico. No es un coche lujoso en detalles, aunque no se puede considerar espartano. En el ST encontramos detalles de acabado como la placa del umbral de entrada, que nos recuerda que subimos a un Fiesta muy especial.
Equipamiento superior en la gama
El equipamiento se basa en el nivel de acabado Sport, al que se suman: bluetooth streaming, asientos delanteros calefactables y específicos deportivos con tapicería parcialmente en cuero, control de mandos por voz, iluminación interior de baja intensidad, interface de conexión a Internet y volante en piel. Es por lo tanto el nivel más alto de la gama, pero aún quedan muchos elementos en el programa de opciones. Entre ellos los típicos de seguridad y asistentes a la conducción que de verdad no vamos a echar de menos en este ST de 200 cv, donde está perfecto no recargar un equipamiento y encarecer un coche que por su precio te da los caballos a 131 Euros, de los más baratos del mercado.
Barras y a la pista.
El Ford Fiesta ST200 es un coche ideal para un copa de promoción, apenas con las medidas de seguridad se podría desenvolver perfectamente en un Rallye, incluso de asfalto sin tocar ni siquiera la suspensión. El cambio tampoco está mal para un coche de calle, con 6 relaciones y un grupo final pensado lógicamente en los consumos, pero con una respuesta bastante contundente que te permite adelantamientos sin tener que reducir. Es un coche que se puede conducir a diario si tus riñones aguantan, porque la respuesta del motor turbo, desde apenas 2.000 rpm es excelente, sin curvas de respuesta puntiagudas como se podría pensar de un coche casi de carreras.
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