Los frenos son un elemento fundamental para un automóvil, en materia de seguridad, es imprescindible que éstos funcionen correctamente y no de pie a ningún margen de error
La acción de frenar es una de las más importantes cuando estamos al volante de un coche. En materia de seguridad, es imprescindible que ésta funcione correctamente y no de pie a ningún margen de error. El freno es la pieza principal, si bien hay otros componentes que son esenciales para que todo transcurra con normalidad y el conductor pueda reducir la velocidad o parar el vehículo. Entre ellos destaca el tambor de freno, un elemento de la cadena de frenado que merece una atención especial por parte del propietario. En este post vamos a analizar en qué consiste, cuándo y porqué hay que sustituirlo,, así como el proceso de reparación. Información sobre tambores de freno extraída de recambioscoche.es.
El tambor de freno está conectado a la rueda del coche y es el último eslabón en la solicitud de frenar que realiza el conductor. Cuando éste pisa el pedal, se genera una fricción que entre varias piezas y que golpea, finalmente, sobre el tambor, el cual tiene un efecto inmediato y directo sobre el neumático, de manera que éste reduce su intensidad, según la fuerza con la que el freno ha sido pisado. El tambor es una pieza muy potente y cuya fabricación se ha producido mediante un sistema de fundición, ya que tiene la función de resistir todo el calor que se produce cuando se impulsa la palanca de freno.
Su funcionamiento es muy sencillo, pues está completamente mecanizado. Cuando el pedal es pulsado, unas piezas que se llaman zapatas ejercen una presión sobre el tambor, que a su vez agarra la rueda para que ésta reduzca su velocidad. Existen cuatro tipos de tambor de freno y su diferencia radica en su relación con el sistema de frenados así como en la fuerza que pueden ejercer sobre la rueda. Un coche tiene cuatro piezas de este tipo, una en cada una de las ruedas.
Daños y motivos de sustitución
Al igual que la mayoría de piezas y elementos de un coche, el tambor de freno tiene una fecha de caducidad. Bien porque se produce algún daño que genera una rotura completa o parcial o bien porque se alcanza el número máximo de kilometraje recomendado, hay que realizar una sustitución. Se trata de componentes muy importantes para el correcto funcionamiento del coche, pues bajo su vigilancia depende un aspecto tan importante en materia de seguridad como es la reducción de la velocidad. Por ello es importante realizar un adecuado mantenimiento, que implica una limpieza cada tres años.
¿Cuándo hay que cambiar el tambor de freno si no hay ningún problema aparente? El margen es amplio, ya que se recomienda realizar esta acción a partir de los 80.000 kilómetros y con un límite superior de 140.000. En este sentido, hay que leer las indicaciones del fabricante para hacerse una idea más certera sobre el momento exacto del cambio. En cualquier caso, es una pieza que merece mucha atención y, en ningún caso, hay que mantenerla activa una vez se ha superado su vida útil.
El momento del cambio puede adelantarse si se produce algún daño que así lo obligue. El tambor de freno es un componente que se utiliza en todos los desplazamientos del coche, por lo que está expuesto a muchos riesgos que pueden dañarlo. El atascamiento de las zapatas, otra de las piezas que están presentes en el sistema de frenado, es uno de los motivos más habituales. El resultado es un mayor desgaste del tambor, que pedirá una sustitución antes de lo debido. La ausencia de lubricación, un desgaste de las placas o tener una válvula de relé en estado defectuoso son otros motivos que pueden generar un daño en el tambor. Información sobre averías en los tambores de freno extraída de mundicoche.com.
Detectar el problema para proceder a la sustitución es un aspecto esencial para el conductor, pues solo así tendrá garantizado que conduce con todas las medidas de seguridad. Cuando el coche realiza un movimiento brusco cuando se pulsa el pedal para frenar, hay muchos motivos para pensar que hay un problema en el sistema. Los ruidos o sonidos extraños tampoco son buenos indicadores, pues denotan un daño grave en el ajuste de todas las piezas. En ese caso, hay muchas posibilidades de que el daño esté en el tambor.
Proceso de reparación
La solución a alguno de estos problemas puede pasar por la sustitución o la reparación del tambor. No siempre resulta necesario realizar un cambio completo, pues el error puede estar en piezas pequeñas como los muelles, que son los que piden una sustitución. La reparación es, además, mucho más económica que la sustitución. El proceso es sencillo. Tras desmontar la rueda, se procede a la retirada del tambor y para ello resulta necesario retirar una tuerca que lo une con el neumático. A continuación hay que retirar el tambor, limpiarlo y proceder a sustituir los componentes dañados. La colocación se realiza mediante el proceso inverso.