Cuenta con un autoblocante electrónico quizá de los mejores; bueno, no es que sea bueno ni malo, digo que está ajustado muy bien, porque ni es intrusivo, ni es lento, apenas has apoyado en la curva ya puedes dar gas que te metes dentro como un imán, has de agarrar bien el volante y todo lo demás es muy fácil, la sensación de seguridad y de que puedes tomar cualquier curva a toda pastilla es muy buena. Estás ante un coche que con poco más se corre en circuitos con él y eso en cualquier escenario se nota.
Motor 1.6 16V y caja de doble embrague.
La mecánica del «juguete» se basa en un motor de 1.6 litros, 4 cilindros en línea que pasa el giro al tren delantero. Los 200 cv aparecen a 6.050 rpm, pero desde mucho antes ya tenemos gran porcentaje de ellos disponibles, con un par máximo que no es exagerado – 240 Nm – pero desde 1.750 vueltas, ello nos va a permitir una conducción doméstica sin problemas.
Como hemos dicho, de serie y sin más opciones el cambio es el EDC, una caja automática de doble embrague con 6 relaciones, bastante bien ajustada para poder reducir en el límite, con levas fijas desde el volante, de aluminio y alargadas por la parte superior. Aquí tenemos una doble interpretación, podrá ser cuestión de gustos o preferencias, pero para curvas servidor las prefiere así, nunca las perderás. Las levas solidarias al volante es algo mejor para direcciones ultrarápidas, que no es el caso de un coche de serie. Puestos a mejorar yo las hubiera alargado también por abajo.
La lógica del cambio es algo que no acaba de entusiasmarme, veréis; al llegar al límite de régimen no se produce corte, sino que pasa a una marcha superior, bueno, esto es perdonable. Pero que al hundir el pie en una relación larga te reduzca una o varias marchas, no me acaba de gustar. Está perfecto que lo haga en «automático», pero es que lo hace también en la guía secuencial y con el botón «RS» pulsado.
Este botón es como ya estamos acostumbrados a ver en casi todos los coches para cambiar la respuesta principalmente del motor, y después si hubiere otros sistemas también. En el Clio RS influye en las leyes de cambio cuando vamos con la palanca en la posición «automático», nos mantiene el régimen más alto tardando más en cambiar. Dicho sea de paso, es de los pocos en que esto se nota de verdad, no es un incremento de 500 vueltas, sino que el motor sube mucho más en marcha, haciéndolo también el régimen de ralentí, para anticipar mejor una salida desde parado.
