El heredero del R5 Copa Turbo retornó al «turbo», opción acertada porque si no se hubiera quedado atrás, con él vuelven las emociones, pero bajo un chasis muy deportivo como todo el entorno, salvo alguna excepción
El pequeño deportivo de Renault siempre ha tenido su carisma, quizá porque sigue siendo el único modelo que mantiene su Copa en circuitos en España, ha evolucionado con los tiempos y ahora entre sus rivales directos es el único que dispone de cambio automático de serie.
Sin descuentos ni promociones, la potencia del Clio RS con 125 €/cv es de las más asequibles del mercado y de su competencia, también es de los pocos que sólo se disponen con caja automática, que es por donde pierde ante los GTi’s del grupo Volkswagen: Golf y A1. Además para quedar por encima de todos tiene la versión Trophy con 20 caballitos más.
Por descontado que este pequeño deportivo prioriza los temas de comportamiento ante los de confort, y olvida también algún detalle de practicidad a bordo. Con una pinta exterior inconfundible, tiene diferentes defensas, unos escapes muy adornados por atrás y un color amarillo Renault Sport específico para los RS, sin ser del todo llamativo.
En cuanto a iluminación el sistema denominado R.S. Vision, es una iluminación adicional de LED con multireflectores en forma de bandera a cuadros, sirven con anti-nieblas y luces auxiliares en curva.
Interior sin demasiadas diferencias a la vista.
Por dentro tampoco hay cosas, aparte de las del puesto de conducción, que le hagan ser demasiado diferente; asientos, pedales y poco más. Tienes que fijarte para ver el botón «R.S.» y quizá las levas de cambio. Y si acaso lo peor, que es un cuadro de mandos idéntico al resto que no le hace ganar enteros cuando te pones delante del volante. Es quizá el punto más negativo en el sentido de su personalidad acentuadamente deportiva.
Después otros detalles heredados como Clío son mejorables, como unos botones en el volante sin iluminación por la noche o el típico satélite de audio que se maneja de «memoria».
Mecánicamente hay menos quejas, quizá el que no tengamos una opción de cambio manual. El EDC de 6 marchas está muy bien, pero se queda a un pasito del DSG de Volkswagen, también con una marcha menos, aunque están bien cerradas y tampoco lo echas de menos por la buena respuesta del motor.
Las curvas son su hábitat.
Entrando en harina, el Clio RS con 200 cv bien sujetos es un juguete divertido, pero serio. El motor, a pesar de ser potente no es de los que necesites estirar, es el turbo, ahora domesticado para dar buenos bajos y poder practicar una conducción de diario, sin perjudicar demasiado los consumos. ¡Hombre!, no es un mechero precisamente, pero si eres cuidadoso, bueno; muy cuidadoso, podrás estar cerca de las cifras homologadas que de promedio rezan 5,4 litros cada 100 km.
El caso es que sobre el papel, es de los menos sedientos, pero las diferencias son pocas. Igualmente si lo llevas en «su salsa», estarás dos o tres litros por encima seguro. Si llegan las curvas… pues ya lo duplicas, pero no siempre rodarás así, evidentemente.
La versión más potente, con 220 cv RS Trophy está enfocada a un uso más radical, con llanta de 18″ y suspensiones rebajadas 20 mm delante y 10 mm atrás, puede equiparse con un sistema de escape exclusivo desarrollado por el especialista Akrapovič.
En cuanto al RS normal de nuestra prueba se puede elegir entre dos tipos de chasis: Sport o Cup. El primero pensado para una conducción mixta, con polivalencia para el uso diario y con llantas de 17 o 18 pulgadas a elegir, el chasis Cup está más enfocado al uso deportivo y se montan llantas de 18″.