Primer paso hacia un vehículo puramente eléctrico en el automovilismo de competición para Clientes particulares • Diseñado para carreras de 30 minutos
Porsche presenta estos días en el IAA MOBILITY 2021 en Múnich el concept car Mission R, una propuesta de un coche de carreras, totalmente eléctrico como avance del futuro de una copa monomarca. Pensado para carreras cortas de 30 minutos con las prestaciones de un Porsche 911 GT3, con cero emisiones y en un diseño de producción respetuoso con el medio ambiente y la huella de carbono.
Su carrocería está hecha con fibra de lino, y tiene un interior tipo monocasco inspirado en la cabina de un simulador, para poder llevar la experiencia de su conducción con más facilidad a las carreras en línea.
Hasta 1.088 cv.
El prototipo se ha pensado para carreras cortas, al sprint, de máximo 30 minutos, cuenta con una batería de 80 kWh que admite una carga de alta potencia que puede lograr el 80 % de su autonomía en 30 minutos. La capacidad de la batería equipada con celdas de alta gama y con refrigeración directa por aceite está diseñada para el formato de carrera al sprint gracias a la tecnología de 900 voltios.
Cuenta con dos motores, con una potencia constante de 680 CV, es tan rápido como un Porsche 911 GT3, y puede dar puntualmente hasta 1.088 caballos, desde sus dos motores eléctricos que cuentan con sistema de refrigeración directa mediante aceite.
Tiene tracción a las cuatro ruedas y logra hacer el 0 a 100 km/h en menos de 2,5 segundos, alcanzando una velocidad máxima por encima de 300 km/h. Está en los mismos tiempos por vuelta que el 911 GT3 Cup actual.
Cockpit tecnológico pensado en las carreras online.
El puesto de conducción cuenta con una célula de seguridad tipo monocasco hecha en fibra de carbono, con diversas pantallas que dan información del coche, de la pista y del piloto, con sus datos biométricos, los retrovisores son a través de cámaras de vídeo y tiene pensados diferentes emplazamientos para cámaras interiores.
Este puesto fuera del vehículo, puede utilizarse con idénticas dimensiones como simulador. Lo que permite que el piloto puede prepararse virtualmente para su próxima carrera en un entorno que conoce, y los pilotos de carreras del futuro podrán participar en eventos de deporte electrónico.
El asiento, el volante, los elementos de mando, los pedales ajustables y las pantallas forman una unidad compacta en el Mission R y se asientan en un solo eje, el eje del conductor. Así, el conductor puede concentrarse en lo que verdaderamente importa durante la carrera.
Al mismo tiempo, esta construcción permite el uso de un segundo módulo del conductor como simulador de carreras fuera del Mission R. Sus apoyos móviles de control eléctrico simulan las fuerzas dinámicas que actúan sobre el conductor, como puedan ser la inercia al frenar o la inclinación lateral al tomar rápidamente una curva. Gracias a un entorno conocido equipado con los mismos elementos de visualización y control, y el mismo asiento envolvente integral que en la cabina, este tipo de entrenamiento será increíblemente realista y muy eficaz.
Entre el 911 y el Taycan.
Las líneas bajas del Mission R están inspiradas en el Porsche Taycan, pero no deja de recordarnos en su línea lateral al 911, tiene 4.326 milímetros de longitud, es ligeramente más corto que el actual 718 Cayman, es bastante más ancho (1.990 milímetros) y tiene una altura significativamente más baja (1.190 milímetros).
Aerodinámica diseñada para la máxima carga.
El Mission R posee un perfeccionamiento del sistema Porsche Active Aerodynamics (PAA) con Drag Reduction System (DRS) en la parte delantera y el alerón trasero. Incluye tres rejillas en cada una de las dos tomas de aire laterales del frontal, así como un alerón trasero ajustable de dos piezas. Para alcanzar la máxima carga aerodinámica, se cierran las rejillas y la superficie del alerón lateral trasero se lleva a su posición más inclinada. Las llantas de aleación ligera también están optimizadas para el flujo de aire mediante aeroblades de carbono de superficie lisa.
Frenos no tan grandes.
Con un eje de brazos transversales dobles en la parte delantera y con brazos telescópicos McPherson en la zaga, el Mission R presenta una suspensión totalmente independiente. El chasis está unido sin holgura mediante articulaciones esféricas en todos los brazos con bastidores auxiliares de acero contribuyen a la dinámica de conducción de altas prestaciones.
En el sistema de frenos Brake-by-Wire, una unidad de control organiza la combinación de freno hidráulico y eléctrico, el conocido como freno combinado. Gracias a la alta potencia de recuperación de hasta 800 kW, el freno convencional se carga mucho menos y, por tanto, se puede diseñar con un tamaño menor. Así, el diámetro de los discos de freno es de 380 y 355 milímetros en los ejes delantero y trasero, respectivamente. En el eje delantero, las pastillas se presionan contra el disco mediante seis pistones, mientras que, en el trasero, el Mission R está equipado con mordazas de freno de cuatro pistones.
Este sistema se inicia con un estado de la batería (SoC) del 85 %. Por tanto, la recuperación es posible en casi todas las situaciones de conducción. En función del circuito de carreras, se puede recuperar más del 50 % de la energía, que vuelve a estar disponible de nuevo para la propulsión.
La dirección también es eléctrica. En la dirección asistida eléctrica (EPS), un sensor de par motor recibe una señal mediante la cual reconoce que el conductor quiere recuperar el control de la dirección. Sobre esta base, la unidad de control calcula la asistencia óptima para la dirección. El motor eléctrico se sirve de esta información para suministrar la fuerza necesaria.
El sistema de elevación neumática integrado del Mission R facilita el cambio rápido de los neumáticos o las reparaciones. Las conexiones del aire comprimido están situadas en los pilares C.