
El seguro de un coche eléctrico puede ser más barato que el de un coche de combustión tradicional, sólo hay que tomar un ratito en comparar
Los coches eléctricos llevan tiempo presentes en nuestras carreteras, pero todavía no son la primera opción de muchos conductores. Una de las dudas más habituales que existen en quienes se plantean la compra de uno tiene que ver con el precio del seguro. ¿Es más caro el de un eléctrico que el de un coche de combustión?
Curiosamente, según el último estudio del comparador de seguros de coche de Rastreator cuatro de cada diez españoles creen que sí, que asegurar un eléctrico cuesta entre 100 y 199 euros más al año, pero la realidad dibuja un escenario muy distinto .
Y es que, pese a la percepción generalizada, el mercado asegurador ha dado un giro en los últimos meses. Las primas se han contenido tras la subida de 2024 y, en el caso de los vehículos eléctricos, incluso han bajado. Según los datos más recientes, asegurar un eléctrico es ahora un 7 % más barato que el año pasado. Una buena noticia para quienes se están planteando dar el salto a la movilidad eléctrica.
El seguro se estabiliza (y mejora para eléctricos)
Durante el primer semestre de 2025, los precios de los seguros de coche han frenado su escalada. En parte gracias a una mayor oferta por parte de las aseguradoras y también al creciente interés de los conductores por este tipo de pólizas. De hecho, el número de búsquedas de seguros de coche ha subido un 15 % respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos del comparador.
Antonio Rubio, responsable de seguros de coche en Rastreator, lo resume así: “Durante estos últimos años, la facilidad para comprar un eléctrico o híbrido ha aumentado considerablemente, tanto por las ayudas públicas como por la proximidad del veto europeo a los coches tradicionales en 2035. Esta mayor demanda se ha trasladado también a las aseguradoras, que han ajustado precios y ofertas. Como resultado, el precio medio del seguro de un coche eléctrico ha bajado un 7 % con respecto a 2024”.
Una bajada nada despreciable, especialmente si se tiene en cuenta que venimos de un contexto inflacionario donde todo apuntaba a nuevas subidas.
¿Es realmente más caro asegurar un coche eléctrico?
El mito de que asegurar un eléctrico es más caro sigue vivo, pero los números cuentan otra historia. Hoy por hoy, el precio medio de una póliza a terceros ampliado para un coche eléctrico o híbrido es de 313 euros anuales. Hace un año, esa cifra era de 337 euros.
En cambio, el seguro de un coche diésel ronda los 331 euros, con un aumento del 6 % respecto al año anterior. Los coches de gasolina siguen siendo los más baratos de asegurar (266 euros de media), pero también han subido un 3 %.
En resumen: los eléctricos bajan, los de combustión suben. Una tendencia que, si se mantiene, podría terminar de romper ese prejuicio que todavía persiste en la mente de muchos conductores.
Lo que sigue frenando la compra de un eléctrico
Pese al tirón que están teniendo, los eléctricos aún se enfrentan a barreras. Según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las ventas internacionales han crecido un 35 % en el primer trimestre de 2025, pero en España el crecimiento es más moderado. ¿Por qué?
El informe de Rastreator apunta en varias direcciones. Para empezar, la falta de puntos de carga, que preocupa al 55 % de los conductores. Le siguen el precio del vehículo (48 %), la autonomía (47 %), la duración de la batería (40 %) y el mantenimiento (30 %). Es decir, aunque el seguro ya no es un freno, siguen existiendo dudas razonables en torno a la operatividad y el coste total de propiedad.
Comparar sigue siendo clave
A la hora de contratar un seguro, el tipo de coche no lo es todo. El perfil del conductor, el uso que se le da al vehículo, la edad, el historial de siniestralidad… Todos estos factores influyen en la prima final. Por eso, aunque los precios medios sean hoy más competitivos, no está de más hacer una buena comparativa antes de lanzarse a contratar con ayuda de un comparador de seguros.
Un coche eléctrico puede ser más barato de asegurar que uno de combustión, pero no siempre será así. Por eso, conviene revisar bien las coberturas, valorar el uso real que se hará del coche (dónde se aparca, cuál es su uso habitual, dónde se recargará habitualmente…) y buscar una póliza que se ajuste de verdad a las necesidades de cada conductor.