Sebastián Loeb comienza la etapa híbrida ganando en el Rallye de Monte-Carlo aprovechando un pinchazo de Ogier en la penúltima especial • Ambos pilotos estrenaban copiloto
El Rallye de Monte-Carlo, arranque tradicional del Campeonato del Mundo, traía este año la gran novedad de los nuevos coche híbridos, con cambio de 5 marchas con palanca, potencia eléctrica extra, más peso, frenos diferentes y desde el primer día los dos Sebastianes, Loeb con Ford Puma y Ogier con Toyota Yaris, han dado un espectáculo alternándose el liderato que se ha resuelto a favor del primero en el último tramo, cuando parecía que la ventaja de Ogier podía ser suficiente, un pinchazo le hacía perder 34 segundos respecto a Loeb.
Con ese tiempo perdido se presentaban a la última especial con el liderato de Loeb por 10.5 segundos, pero una penalización de 10″ por adelante le haría imposible alcanzar a su compatriota a pesar de ganar la especial, pero sin sumar claro los 10″ de penalización.
Da la anécdota que ambos pilotos no tienen planeado hacer todo el Campeonato, el liderato de Loeb y el segundo puesto de Ogier son anecdóticos, ¿o no?.
Nuevos «copis» y nuevos coches.
El gran atractivo del «Monte» 2022 era el estreno de la nueva generación de coches en la recién creada Categoría Rallye1, que viene a sustituir a los WRC. Mientras que los WRC2 siguen igual pero con la denominación de Rallye2 en su categoría.
Otra de las novedades para los dos protagonistas era que corrían el Rallye con diferentes copilotos. En el caso de Loeb era una vieja amiga Isabelle Galmiche y en el caso de Ogier, Benjamin Veilas.
El rallye se disputaría sobre seco, excepto algunos pocos kilómetros en el alto del tramo de Sisterón, tramo que resultaría muy decisivo como ahora contamos.
«Sebastianes» al ataque.
La poca tensión y las ganas de disfrutar de dos pilotos franceses que reúnen 17 títulos mundiales, enseguida se pusieron sobre la pista para gozo del público. La primera etapa comenzaba con un dominio tota de Ogier, mientras que por la tarde le tomaba el relevo Loeb, alcanzando incluso el liderato.
Los nuevos Ford Puma carburaban a las mil maravillas, y con un gran plantel estaban en las posiciones de arriba, por delante de los Hyundai y mezclados con los Toyota. El tercero en discordia, Evans con Toyota y su copiloto habitual, Scott Martin se colocaba tercero a 12 segundos de Ogier y 22 del líder Loeb.
Por detrás descubríamos que en Hyundai aún había problemas de juventud y tardaban en entonarse. Neuville-Wydaeghe se quedaban cuartos tras el Toyota de Evans-Martin y Tanak-Jarveoja quintos ya en el borde del minuto con el primero.
Incidente destable el porrazo de Formaux-Coria que pegaba contra un talud, saltaba el guarda-raíl y se iba casi al precipicio, destrozando el Puma. Estaban peleándole el podio a Evans.
Sábado y Sisteron.
El tramo reina del rallye por su longitud era el único que presentaba complicaciones de nieve y hielo, con 3 kilómetros de suelo delicado en la cumbre con el que los equipos hacían sus especulaciones en las montas.
Los Toyota se mostraban los más rápidos y sobre todo Ogier que sin darle baza a Loeb recuperaba el liderato por 21 segundos. Pero habría bajas, la más significativa la de Elfyn Evans que se quedaba fuera de pista tras tragarse una a derechas y quedar casi colgado del barranquito de 15 metros que daba de nuevo con el tramo una horquilla después. Consecuencia, suspensión del tramo y Evans fuera de la pelea. Con ello Breen-Nagle colocaban el segundo Puma en el podio porque habían adelantado a Hyundai de Neuville que había sacado un amortiguador de la copela y perdido tiempo.
A todo esto Tanak quedaría fuera de carrera al sufrir dos pinchazos y tener sólo una rueda de repuesto y la misma suerte para Oliver-Solberg tras hacerse un «recto» y parar muy fuera de la pista.
Ogier a sentenciar el domingo, pero…
Ogier y Loeb tenían su guerra particular a más de un minuto del tercero, cuando parecía que Ogier mantenía su ventaja a pesar de dos victorias parciales de Loeb en los tres primeros tramos, un inoportuno pinchazo pondría a Loeb primero con 9.5 segundos de ventaja, sólo faltaba la Power Stage, con sus puntos extras, que para estos dos sería lo de menos.
Ogier se adelantaba en la salida, le caían 10 segundos de penalización y se lanzaba a recortar lo más posible esos 19.5″ que para un tramo en el que Loeb no iba a arriesgar, parecía imposible remontar. Y así fue, pero sin penalización hubieran quedado a ¡medio segundo!.
Esta «Power» fue para Rovanperä, seguido de Evans y de Neuville, Loeb y Ogier a continuación. Para el Campeonato, quitando a los dos maestros, el tercero es Rovanperä gracias a los 5 puntos de la última especial, cuarto Breen con el Puma, y quinto Neuville con Hyundai, en lo que sería el podio si los dos tenores Rovanperä con sus planes de no hacer todas las pruebas. Pero con 5 ó 6 que hagan ganando, serían unos jueces activos importantes.